miércoles, 25 de mayo de 2011

"División XXX" (Parte III)

ADVERTENCIA:
El texto que viene a continuación no es apto para menores ni para mentes cerradas porque contiene alto contenido sexual, violento y lenguaje soez que puede herir su sensibilidad, si es una de esas personas suceptibles, no lo lea.

… Miro hacia un lado y hacia otro, no ve a nadie pero siento su presencia, se oye un pequeño ruido, hay esta el cabrón que me ha robado la ropa, sigilosamente avanzo hacia unos matorrales donde se había escondido, pero el fusil que lleva a sus espaldas lo delatan, los matorrales no llevan fusil.

Con cuidado y desnudo me acerco y sin mediar palabra le doy un empujón, el sujeto reacciona y e intenta darme un puñetazo en la cara, lo consigue, e intenta huir pero yo reacciono rápido y lo persigo, a los 25 metros de carrera lo derribo de un placaje, lo había visto en Inglaterra hacia unos años, los ingleses juegan a un deporte que consigue en pasarse un balón en forma achatada y para quitárselo en derriban unos a otros, lo llaman rugby.

Encima de el intento inmovilizarlo con mucho esfuerzo mientras, le interrogo, observo que es un miliciano pero no ubico de qué bando era.
-¿Quién eres?, ¿Quien te envía?, ¿De que bando eres?
-Que te jodan, hijo de puta – Me responde con dificultad para hablar ya que estoy encima de el y le oprimo la espalda con mi peso. Le doy la vuelta y lo zarandeo y me doy cuenta que es casi de misma edad o quizás un poco mas joven.
- ¿No quieres hablar? – le respondo yo y justo cuando voy soltarle un puñetazo con mas ganas me doy cuenta que mi miembro esta adquiriendo cierta dureza que había perdido durante la persecución y el forcejeo, me paro y recuerdo que no había mantenido relaciones desde la noche anterior alo bombardeo, había sido con Margaret una mulata que es la estrella del burdel mas famoso de la ciudad, “El Cabaret Val de Amour” cuya dueña o madame había conocido a la vuelta de Inglaterra cuando paré por París a recoger unos panfletos que me había encargado que recogiera mi amigo comunista ya que el no podía salir del país bajo amenaza de arresto. Así que llevaba cuatro días sin ningún tipo de satisfacción sexual y allí estaba con un tipo que no conocía de nada con una rabia interna con ganas de matar pero con una gran erección.
- ¿No quieres hablar?- Volví a repetirle y el volvía a hacer gestos negativos y no podía articular palabra ya que le oprimía con mi peso el paso de aire de los pulmones.
-Pues ahora si que no vas a hablar- le grité al oído mientras le cojí la cabeza se la acerqué a mi pene y con de un golpe le inserté mi erección por la boca.
- ¿Vas a hablar ya? – Volví a gritarle con mi pene dentro de su boca. Le había cojido el gustillo a la situación, nunca había tenido ninguna experiencia con otro hombre pero esa vez o fue la necesidad o el morbo estaba empezando a gozar, notaba como mis veinte centímetros de carne dura y excitante se iban cada vez hinchando y aquello era mas excitante, pero no podía olvidar que ese tipo podría matarme y que me había robado la ropa, así que para poder castigarlo mas comienzo un leve movimiento de cadera que cada vez tomaba mas velocidad tal como hice la ultima vez con Margaret en el famoso cabaret...

(continuará)

Imagenes: "Moulin Rouge" de Tolouse Lautrec y "Nearco y Polieucto" Anónimo




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